Durante el invierno, es muy frecuente que utilicemos zapatos muy cerrados y que no nos preocupemos demasiado por el aspecto y salud de nuestros pies. Sin embargo, al comenzar el período de primavera/verano, tanto las mujeres como los hombres cambiamos las botas o bototos por calzados más ligeros, como chalas y sandalias, los que dejan al descubierto nuestros pies. Es en ese momento cuando nos empezamos a preocupar por la salud de nuestras uñas y cuando nos sentimos incómodos si observamos en ellas algún tipo de infección.
Una de las infecciones más comunes en las uñas es la onicomicosis, la cual corresponde a una infección por hongos. Se suele presentar principalmente en las uñas de los pies y, en general, no suele causar molestias. Sin embargo, afecta de manera significativa la estética de las uñas y, si no es tratada adecuadamente, se puede cronificar y extender a uñas contiguas. Además, en algunas ocasiones puede llegar a producir dolor crónico por la deformidad y engrosamiento que ocurre, el cual se encuentra ausente en las fases iniciales de la enfermedad.
Las personas suelen percatarse de la presencia de la infección, cuando observan alguno/s de los siguientes síntomas:
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Cambios en el color de la uña, tornándose de un color amarillento o café.
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Cambios en la forma de la uña, la cual se torna irregular.
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Cambios en el grosor de la uña, la cual tiende a hacerse mucho más gruesa de lo habitual.
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Aparición de manchas blancas en las uñas.
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Uñas más quebradizas y aparición de estrías o agrietamientos en éstas.
La aparición de esta infección no necesariamente se debe a la falta de aseo, sino a la reproducción de hongos, las cuales pueden aumentar en lugares húmedos y calientes, como suele ocurrir al interior de los zapatos, sobre todo si son de un material que impida una adecuada ventilación de los pies.
Algunos factores que aumentan la posibilidad de contraer la infección son los siguientes:
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Haber estado en contacto con el hongo al pisar alguna superficie contaminada. Esto es frecuente en vestidores, baños y duchas públicas.
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Tener malos hábitos de higiene en los pies. Por ejemplo, no secarlos adecuadamente luego de la ducha, ponerse calcetines con los pies aún húmedos, no cambiar los calcetines luego de realizar actividades deportivas, etc.
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Utilizar calzados que, por su material, promuevan un entorno de humedad y calor, impidiendo una adecuada ventilación (por ejemplo, zapatos de goma).
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Las uñas dañadas tienen mayor probabilidad de contraer una infección por hongos.
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Una parte de las personas que padecen de onicomicosis tienen también pie de atleta (infección por hongos que afecta la piel).
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Algunas enfermedades, como la diabetes, la psoriasis, la mala circulación, problemas inmunológicos, etc., presentan una mayor susceptibilidad a contraer la infección.
¿Y si ya tengo la enfermedad, qué puedo hacer?
Actualmente existen varias opciones de tratamiento: tratamientos farmacológicos (antifúngicos por vía oral), tratamientos tópicos (cremas locales), tratamiento láser, etc. En Dermavida contamos con dermatólogos de excelencia, que podrán determinar el tratamiento idóneo para tu caso.
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