¿Quieres saber de qué se trata esta condición de la piel?
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La rosácea corresponde a una enfermedad inflamatoria crónica de la piel, la cual afecta los vasos sanguíneos, principalmente en la parte central del rostro (mejillas, nariz, frente y mentón).
Existen 4 tipos de rosácea, dependiendo de los signos y síntomas más significativos del paciente:
Tipo 1. Enrojecimiento facial y tendencia a ruborizarse o enrojecerse con facilidad: es el más frecuente de todos, afectando a las tres cuartas partes de los pacientes con rosácea.
Tipo 2. Bultos (pápulas) o granos (pústulas) en la piel del rostro: aparecen y desaparecen, existiendo períodos de exacerbaciones y otros de remisiones periódicas. Incluyen también manchas rojas en la piel.
Tipo 3. Engrosamiento de la piel de las mejillas, nariz, barbilla o frente: el exceso de tejido suele producir un aumento del tamaño de la nariz y la aparición de nódulos superficiales (“bultos”).
Tipo 4. Ojos llorosos, inyectados de sangre o irritados, e hinchazón de los párpados: se observa con frecuencia lagrimeo, quemazón, hinchazón y orzuelos frecuentes.
Además de lo anterior, se observan otros signos característicos, que pueden estar presentes en cualquiera de dichos tipos:
- Aparición de piel seca, tirante o con picor.
- Sensación de ardor o comezón en el rostro.
- Aparición de pequeños vasos sanguíneos en la cara, los cuales son visibles.
¿Por qué ocurre el enrojecimiento del rostro?
En las personas que padecen de rosácea, el flujo de sangre que llega al rostro es mayor que en las personas promedio. Los vasos sanguíneos que se encuentran bajo la superficie de la piel no funcionan correctamente y, a consecuencia de ello, la cantidad de sangre que sube hacia la parte superior del cuerpo (principalmente rostro), es mayor a lo normal. Debido a ello, es posible apreciar más rubor, más enrojecimiento y más molestias en la piel.
¿Cuáles son los desencadenantes más frecuentes de los episodios de enrojecimiento?
Exposición solar. Se sugiere utilizar siempre fotoprotección adecuada (bloqueadores solares, ropa apropiada, etc).
Alimentación. Se sugiere evitar comidas picantes, comidas calientes muy pesadas, productos lácteos (yogurt, leche, chocolate, etc.), zumos cítricos y alimentos con altos contenidos de histamina (quesos, berenjena, vinagre, salsa de soja, etc.).
Bebidas. Bebidas alcohólicas y calientes pueden desencadenar mayor enrojecimiento. Se sugiere consumir alcohol con moderación y reducir la temperatura de las bebidas.
Exposición a temperaturas y condiciones climáticas demasiado calientes. Se sugiere evitar baños calientes, acercarse a chimeneas, fogatas o estufas, acudir a saunas, etc. Los entornos muy calientes pueden aumentar el flujo sanguíneo y, en consecuencia, el rubor facial.
Cosméticos. Las pieles con rosácea suelen ser muy sensibles, por lo que se sugiere que el uso de productos que contengan alcohol o perfumes sean muy limitados. Además, se sugiere evitar el uso de bases de maquillaje demasiado densas.
Actividad física. El ejercicio físico puede generar un aumento en el flujo sanguíneo hacia el rostro, aumentando el enrojecimiento. Por ello, se sugiere realizar deporte temprano en la mañana o al atardecer, cuando la temperatura ambiental es menor.
Factores emocionales. El estrés puede generar un aumento del rubor, motivo por el cual es fundamental realizar técnicas de manejo del estrés (técnicas de relajación, autocuidado, etc.).
Trastornos médicos. La menopausia, la hipertensión y la tos crónica pueden desencadenar enrojecimiento facial. Es fundamental acudir a un médico para evaluar y tratar otras condiciones de salud.
¿En qué consiste el tratamiento con láser Harmony XL Pro?
El láser se aplica directamente en las zonas afectadas por la rosácea (nariz, mejillas, mentón, etc.), mediante pulsos de luz, los cuales generan una rápida mejoría en el aspecto rojizo de la piel y disminuyen significativamente la inflamación. De esta manera, la piel puede volver a su tono y apariencia normal.
El tratamiento requiere de varias sesiones, cuyo número dependerá de la condición actual de cada paciente. La duración de cada sesión es de aproximadamente 20 – 30 minutos.
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