Con el paso de los años, y como parte del proceso de envejecimiento natural, la piel experimenta cambios importantes en su estructura, por lo que se requieren de cuidados especiales para mantenerla saludable.
¿Cuáles son los cambios más frecuentes que se observan en la tercera edad?
-
Uno de los principales problemas que se presentan después de los 60 años es la deshidratación de la piel, la cual se torna generalmente seca y disminuye su turgor (la pérdida de turgor se observa cuando la piel del dorso de la mano se hala por unos segundos y no retorna a su estado original; éste es un signo de deshidratación avanzada).
-
Existe, además, una significativa pérdida de elasticidad y firmeza en la piel, debido a la disminución del colágeno y elastina presentes en ella. En consecuencia, aparecen las líneas de expresión y las arrugas, principalmente en manos, cuello y rostro.
-
La piel se torna, a su vez, más delgada, debido a la disminución de la grasa subcutánea. Esto incide en que exista una mayor fragilidad capilar (piel más frágil, con tendencia a hacer “moretones” fácilmente por ruptura de capilares sanguíneos).
-
Con la edad, la aparición de manchas es frecuente, debido al efecto acumulativo del sol.
Considerando los cambios anteriores… ¿Cómo se debe cuidar la piel en la tercera edad?
Limpieza:
Con el objetivo de no dañar ni resecar aún más la piel, se sugiere que los baños sean cortos, rápidos y que se utilice poco jabón. De preferencia, se sugiere utilizar jabones neutros o idealmente aceites de ducha en reemplazo del jabón. A su vez, la temperatura del agua debe ser tibia o lo más fresca posible. El agua caliente debe evitarse, ya que aumenta la resequedad de la piel.
Luego de la ducha, lo ideal es secar la piel mediante toques suaves con la toalla (evitar refregarla).
Hidratación:
Respecto a la hidratación de la piel, es fundamental la aplicación de cremas humectantes todos los días después de la ducha.
Para la piel del cuerpo, es importante que las cremas contengan un elemento llamado urea, el cual ayuda a retener el agua o que contengan ceramidas, mantecas de Karité, etc., las cuales permiten recuperar la barrera lipídica de la piel.
Para el rostro, por su parte, es recomendable utilizar cremas con componentes naturales, que aporten vitaminas E, C y Omega 3, para ayudar a la producción de colágeno y combatir el envejecimiento prematuro. Además, el uso por la noche de cremas con componentes como el ácido glicólico y el ácido retinoico son de bastante ayuda.
Fotoprotección:
Es muy importante utilizar protectores solares a diario, en todas las épocas del año, en las áreas expuestas al sol (principalmente rostro, cuello, pecho, brazos y manos). Una buena alternativa es utilizar cremas hidratantes que contengan filtro solar.
Es fundamental reaplicar el protector a media tarde, ya que el efecto tiene una duración aproximada de 2 horas. De esta manera, se estará evitando acelerar el envejecimiento prematuro de la piel y la aparición de manchas y arrugas.
Es importante también la utilización de sombreros y gafas.
Nutrición balanceada:
Para mantener una piel saludable es fundamental seguir una dieta balanceada, con predominio de frutas, verduras, cereales integrales, legumbres y grasas buenas (palta, semillas, frutos secos, etc.). Con esto, no sólo mejorará el funcionamiento general del organismo, sino que la piel recibirá un significativo aporte de nutrientes, lo que mejorará su aspecto. A su vez, es muy importante beber abundante agua, para mantener el organismo y la piel hidratada.
Asistir al dermatólogo periódicamente:
Se sugiere que las personas de la tercera edad asistan como mínimo al dermatólogo una vez al año. Esto, con el objetivo de pesquisar posibles lunares malignos o tumores en la piel, así como también, para tratar condiciones frecuentes en la tercera edad: prurito, fotoenvejecimiento, erupciones cutáneas, úlceras venosas, etc.
Si estás interesado/a en pedir una hora con nuestros dermatólogos, contáctanos al: (+56) 223310524 / (+56) 965818170 o al correo: info@dermavida.cl. ¡Te estaremos esperando!