La piel contiene millones de poros, y la mayoría de ellos no son visibles para el ojo humano. Todos estos poros están abiertos permitiendo que la piel “respire”. Cada poro contiene un folículo piloso y también contiene glándulas sebáceas (de aceite) que producen un aceite llamado sebo.
Las glándulas sebáceas son más abundantes en los poros de la cara, la espalda, el pecho y la ingle. Las hormonas juegan un papel en la estimulación de estas glándulas para producir cantidades más abundantes de sebo. Por esto, los poros de la cara, más específicamente los de la nariz, la frente y las mejillas, pueden aparecer más grandes que en otras áreas de tu cuerpo.
Cualquier tipo de piel, ya sea grasa, normal o seca, puede tener poros grandes y abiertos. Estos pueden dar a tu piel una apariencia opaca, particularmente si están obstruidos con suciedad, bacterias, aceite o células muertas de la piel.
En los adolescentes y en los adultos propensos al acné, los poros abiertos pueden obstruirse y convertirse en espinillas o puntos blancos. El envejecimiento de la piel que contiene menos colágeno también puede generar la apariencia de tener poros más grandes, lo que también puede causar preocupación.
Los poros no se pueden abrir ni cerrar, pero una buena rutina de limpieza profunda para eliminar el exceso de aceite y desechos y diferentes alternativas de tratamientos dermatológicos, pueden lograr que los poros y la piel en general, mejoren su aspecto.
Causas de poros de gran tamaño
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Altos niveles de producción de aceite (sebo)
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Elasticidad reducida alrededor de los poros
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Folículos pilosos gruesos
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Genética o herencia
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Reducción de la producción de colágeno en la piel, causada por el envejecimiento.
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Daño solar o sobreexposición al sol
A pesar de la existencia de productos que prometen “abrir los poros”, es importante recordar que ya están abiertos. Los tratamientos faciales pueden hacerte sentir como si estuvieras abriendo los poros, pero en esencia, lo que realmente hacen es limpiar tus poros de aceite, células muertas de la piel y suciedad. Si bien la piel técnicamente no respira como lo hacen nuestros pulmones, sí requiere poros abiertos para mantenerte fresco y eliminar las células muertas para que puedan crecer nuevas células.
Tipos de tratamiento
No puedes deshacerte de los poros abiertos, ni te gustaría hacerlo. Sin embargo, se puede mejorar notablemente la apariencia de la piel.
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Limpieza profunda profesional: Una limpieza facial profesional que incluya la aplicación de vapor puede ayudar a limpiar los poros, haciéndolos parecer más pequeños y dando a tu piel un brillo fresco.
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Mascarillas faciales: Las que se secan en la piel son efectivas para eliminar los puntos negros y también pueden ayudar a reducir la apariencia de los poros abiertos. Intenta experimentar con varios tipos para ver cuál funciona mejor para ti. Buenas opciones para empezar incluyen en sus ingredientes arcilla o avena. Estos tratamientos ayudan a extraer las impurezas de los poros.
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Exfoliar la piel ayuda a eliminar la suciedad que obstruye los poros. Los exfoliantes funcionan mejor cuando se usan frecuentemente. Es importante que tengas muy en cuenta tu tipo de piel y antes de probar entre la amplia gama de productos exfoliantes, incluidos astringentes, cremas y lociones. Algunos para probar incluyen: retinoides, alfahidroxiácidos (ácido cítrico, láctico o glicólico), beta-hidroxi (ácido salicílico)
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Los tratamientos láser profesionales no invasivos realizados por médicos dermatólogos funcionan muy bien, estimulando la producción de colágeno y pueden ser más efectivos para los poros grandes causados por el envejecimiento o el daño solar. Estos tratamientos láser son también efectivos para reducir las cicatrices del acné y mejoran la textura y condiciones generales de la piel.
Prevenir es clave, adopta una rutina proactiva de cuidado de la piel orientada a reducir la apariencia de los poros abiertos
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Mantén tu piel limpia con exfoliación frecuente. Puedes usar productos hechos para este propósito o usar una toallita tibia seguida de un astringente, como el hamamelis.
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Protege tu piel del sol usando protector solar todos los días.
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Opta por productos para el cuidado de la piel no comedogénicos que no obstruyan los poros.
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Siempre humecta tu piel, incluso si es grasa. Existen humectantes diseñados específicamente para este tipo de piel.
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Usa productos que refuercen el colágeno que contengan antioxidantes, que también pueden ser beneficiosos para mantener tu piel sana y bella.